Busco el convento de las comendadoras, y por casualidad escucho puertas que se abren y cierran tras el ventanuco. Pulso el timbre (son las 7 am, llevan rato despiertas no?) y pido que me sellen. Como quien compra churros. Tras este gélido inicio me dispongo a llegar a Baena, con un frío acojonante. Los charcos helados, los coches escarchados. Noto el frío en los pies y manos. En las piernas también. Quizá haga -2 o tres grados, que pasa con el calor del sur?
El primer tramo es una pista de tierra compactada, empiezo bien equivocándome en el Google maps..., apenas 3 km que se pueden rodar con la B.
Moclín es un pueblo bonito para los que sobreviven a su subida, dura y sin compasión. El milagro de llegar hasta Baena no va a suceder, demasiado para el primer día. Eso sí, el camino muy agradable.
En Alcaudete no hay albergue, pero si un perro rabioso que se me ha tirado al tobillo. Menos mal que he salido escopeteado, si me engancha me deja cojo (y luego yo a su dueño estéril, de la patada en el entrehuevo que le arreo con la pierna buena). Tras llamar a la policía local me dicen que al lado del cementerio sí hay albergue y esta abierto. Mala espina me da...hay muchísimos africanos en la aceituna y me da que va a estar ocupado...y así es. Supongo que en verano es albergue y en diciembre es casa de temporeros, o eso ponía el cartel. Pueblo bonito, me alojo en el hostal Hidalgo por 25€. Algo caro. Me ducho, lavo ropa y me quedo ipso facto grogui.
En la subida en Moclín, al espectacular Sierra Nevada y que ganas de ir a patearla.
Alcaudete desde el castillo
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