sábado, 28 de diciembre de 2013

Mérida-Casar de Cáceres

La salida del albergue es muy buena, todo carril bici hasta el embalse de Proserpina. Muy bonito aunque es de noche y no se ve un pimiento. Las estrellas lucen y parece que no va a llover en un rato, ¡olé! Agacho la cabeza y ¿qué veo? ¡La rueda pinchada! Dios ¿por qué me has abandonado? Es de noche y no veo un pijo, como para buscar el puñetero clavo. Me lío y ya amanece. Cada pinchazo es una hora que pierdo.
Increíble el paisaje de toda la etapa, incluso Cáceres. Todo es ideal.
La etapa transcurre paralela a la autovía, sin tráfico y aparentemente llana (he acabado muy cansado igualmente). 
El albergue del Casar, excelente. Me sorprendo cada vez más de este Camino. Lo veo duro pero con los servicios de lujo para el peregrino.


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